miércoles, 14 de enero de 2009

Cuando Cervera quiso ser navarra



El declive del valle del Alhama por la crisis del cultivo del cáñamo se inició hace 50 años y llevó a un grupo de vecinos a pedir a Franco que incluyera al municipio en la región foral

SANDA SAINZ CERVERA

«Hace años Cervera pidió a Franco pertenecer a Navarra», recuerdan algunos jubilados del municipio. Los datos sobre este hecho son escasos y tan sólo quedan en la memoria de unos pocos. Lo cierto es que en 1952 Franco realizó un viaje a Navarra y el 5 de diciembre, antes de abandonar la zona, visitó Corella, localidad en la que residía uno de sus ministros, José Luis de Arrese. Allí acudieron miles de personas de Navarra y La Rioja, entre ellos cientos de cerveranos con pancartas (una de ellas parece ser que mostraba la reivindicación de integrarse en Navarra).

Incluso los danzantes de 'la Gaita' acudieron siendo el grupo folclórico que animó el recorrido de Franco por Corella. En el periódico 'El Pensamiento Navarro', diario publicado en aquel tiempo, se destacaba la actuación de 'los danzantes de la jota' (la Gaita) cerveranos que portaban los símbolos de Santa Ana y San Gil.

En la década de los cuarenta Cervera había conseguido la mayor población de su historia llegando a tener 7.374 habitantes en 1950, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero en diez años sufrió la emigración de más de 1.500 vecinos, una pérdida poblacional que se repetiría en los sesenta cuando más de 1.200 personas abandonaron el pueblo. El declive era patente. Así en 1970 había 4.682 habitantes. La misma evolución negativa del censo de población se daba en toda la comarca del Alhama-Linares.

La situación ya era insoportable en 1952 y los cerveranos, viendo las mejoras que tenía la localidad de Corella, situada a unos veinte kilómetros, pensaron que formar parte de Navarra sería una solución a sus problemas.

En 1925 el médico y prolífico escritor, Juan Manuel Zapatero, publicaba el libro Del Historial Cerverano (1717-1817) sobre el contrabando en Cervera. Al final, en el capítulo 'A modo de epílogo', analizaba la situación del municipio: «Cerca de 8.000 almas se reparten entre el casco urbano y los barrios (...). Veremos cinco fábricas de tejidos, de alpargatas, una de yute y contaremos otras de cordelería, hielo, zapatillas, conserva, harinas y yesos. Sabremos que más de 1.400 obreros elaboran anualmente más de un millón de docenas de alpargatas, y que en el campo se ocupan buen número de brazos. Sabremos que hay muchos cafés, tabernas y cuatro sociedades de recreo, dos teatros, un hospital, sindicato agrícola, sociedades de labradores y resistencia, casa cuartel de la Guardia Civil, juzgado, cárcel del partido, cinco escuelas, un colegio de segunda enseñanza, etcétera, etcétera».

Tras esta enumeración propia de un importante municipio como era entonces Cervera (primera mitad del siglo XX), Juan Manuel Zapatero se atrevía a predecir un futuro nada halagüeño: «La vida cerverana es cara; nada queda por hacer en la agricultura, la industria siente cada vez más cercanas las angosturas de las competencias, el comercio vive de la industria (...). El estirón cerverano ha sido magno. Más... sin ferrocarril, lejos de los centros, sin materias de origen fuertes que lanzar a la exportación, se ha de vivir del viejo temple aventurero».

Éstas pueden ser las claves o algunas de ellas que expliquen el por qué Cervera comenzó el siglo XX con unas perspectivas de futuro envidiables y lo terminó siendo una de las cabeceras de comarca con más despoblación, elevado índice de envejecimiento y menos industrializadas de La Rioja.


El cáñamo en la economía

El cultivo del cáñamo y su utilización en la industria textil acaparó la base de la economía de Cervera durante más de dos siglos hasta mediados del XX cuando el sistema económico entra en crisis. Desde entonces la comarca no ha logrado quitarse la etiqueta de 'zona deprimida'.

El cáñamo, además del lino, se utilizó primero como materia prima de la fábrica de lonas, vitres e hilazas que en 1790 recibió el título de 'Real' concedido por el rey Carlos IV. La empresa logró introducirse en el mercado de velas para barcos y elaboró lonas que se utilizaron tanto para las naves del ejército como para las mercantes. Esto hizo que prácticamente toda la población estuviese vinculada a ella como trabajadores directos (empleados de la fábrica) o indirectos (agricultores y transportistas).

A finales del XIX la industria lonera desapareció y fue sustituida por la alpargatera que siguió utilizando como materia prima el cáñamo. Cervera continuó con la dependencia casi exclusiva de un producto que entró de nuevo en crisis con la industrialización y conllevó la desaparición de los artesanos y del cultivo del cáñamo.

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